lunes, 2 de febrero de 2015

SISTEMA DE CAPACITACIÓN EN AJEDREZ




Author: Gustavo Chavez 

Este artículo trata de poner su granito de arena, analizando de manera clara y objetivo la forma en que cualquier persona, podría subir su nivel ajedrecístico, sobre todo a nivel competitivo, en niños que son el cimiento de futuros grandes prospectos en este noble juego. El problema fundamental radica en el hecho de que han sido pocos los programas serios, para que se realice una sistematización que retribuya en resultados positivos para el ajedrez.


Como son pocos los lugares en donde se enseña este bello juego, es normal que cada quien lo aprenda por su cuenta y lo estudie bajo sus propios medios. Cuando algunas personas llegan a sobresalir y están listas para una competición, buscan por lo general un maestro que le enseñará bajo sus propios criterios. Esto no sería malo si no fuera por el frecuente cambio de maestro que tiene. De esta manera, los jugadores no se adaptan a un estilo específico, el cual conlleva a un rendimiento más bajo de lo esperado. Lo ideal es que se estableciera un método específico de enseñanza que tendría la ventaja de poderse medir todo progreso en forma científica; y si este método se lograra impartir en escuelas primarias y secundarias, se haría un gran avance por dos sencillas razones: La primera es que permitiría que hubiera más partes donde se impartiera el ajedrez en forma seria, permitiendo a su vez que tenga más difusión, formando una gran pirámide de jugadores. La segunda es que si hay más jugadores, habrá mayores posibilidades de elevar el nivel ajedrecístico y cultural.

Si el jugar ajedrez de por sí es difícil, jugar muy bien todavía es mucho más difícil. Esto se debe principalmente a que la bibliografía sobre dicho juego es muy extensa, aparte de que la teoría avanza a  un ritmo vertiginoso acorde a las exigencias del mundo actual.

El jugar bastante sin estudiar la teoría, puede llevar a jugar bien, pero esto puede ser ilusorio, ya que es muy difícil que una persona adquiera un buen nivel ajedrecístico sin un entrenamiento regular, el cual es muy parecido a cualquier deporte físico.

Por eso, es importante partir de una metodología que señale algunos aspectos que inciden positivamente en el proceso de entrenamiento y enseñanza, para que de alguna manera, encender la llama para que los niños y jóvenes tengan pasión por tan noble creación humana que es el ajedrez.

Por eso, es importante partir de una metodología que señale algunos aspectos que inciden positivamente en el proceso de entrenamiento y enseñanza, para que de alguna manera, encender la llama para que los niños y jóvenes tengan pasión por tan noble creación humana que es el ajedrez.

Por eso, es importante partir de una metodología que señale algunos aspectos que incidan positivamente en el proceso de entrenamiento y enseñanza, para que de alguna manera, encender la llama para que los niños y jóvenes tengan pasión por tan noble creación humana que es el ajedrez.

Para empezar, diremos que para alcanzar un gran nivel en ajedrez, tienen que considerarse estos tres elementos:

1.   El elemento ajedrecístico.
2.   El elemento psicológico.
3.   El elemento físico.






EL ELEMENTO AJEDRECÍSTICO

Sin duda éste es el elemento más importante de los tres, sin restar importancia a los otros dos, ya que el elemento psicológico va cobrado más importancia en la medida que se va perfeccionando el juego, y una deficiente preparación física influirá negativamente en juegos de competición.
Para la preparación ajedrecística tomaremos en cuenta tres aspectos fundamentales a trabajar:

  • Estudio teórico: Estudio de libros y revistas especializadas, trabajos teóricos, así como estudio de partidas magistrales, tanto clásicas como contemporáneas.
  • Ocupación práctica: Análisis de partidas, ejercicios con posiciones señaladas para el desarrollo de la capacidad analítica en el cálculo concreto de variantes, perfeccionamiento de los elementos de la lucha en las partidas de torneos.
  • La práctica de juego de entrenamiento: Partidas de entrenamiento y torneos oficiales.




EL ESTUDIO TEÓRICO

El estudio teórico se basa principalmente en el estudio de las tres etapas de la partida: apertura, medio juego y final.


Apertura

La apertura se considera como la movilización (desarrollo) de  las piezas; ésta es importante para que los jugadores puedan desarrollar su estrategia en el medio juego.

Para estudiar la apertura, lo mejor es hacerlo en base al Informador y Enciclopedia de Ajedrez, que es lo más completo que hay hasta el momento. Aquí lo recomendable es que se vea en forma detallada con un maestro. No quiero dar a entender con esto que no se pueda estudiar la apertura solo, sino que aparte de aprender el orden de las jugadas, tiene que saber el por qué se realizan de esa manera para que puedan quedar fijos en la memoria; y en algunos casos no es muy comprensible ciertos movimientos en la apertura; aspecto que llevó a crear este libro con estas características.

Para el estudio de la apertura, no sólo se utiliza la enciclopedia y el informador, sino hay que aprender el concepto global mediante conceptos elementales como:

  1. Dominio del centro.
  2. Desarrollo rápido de las piezas, preferentemente de menor a mayor valor.
  3. Evitar pérdidas de tiempo, como mover dos veces la misma pieza antes de completar el desarrollo.
  4. Procurar ver la intención del contrincante en su última jugada.
  5. Tener en cuenta la excepción a la regla.
  6. La apertura tiene varios niveles de profundidad:
  7. Sentido elemental del tipo de juego que se plantea en las aperturas y defensas empleadas.
  8. Conocimiento de las principales alternativas de que dispone el contrario para enfrentarse a nuevos planteos y definición de un plan a seguir contra cada una de ellas.
  9. Conocimiento preciso de todos los conjuntos de alternativas supuestas de contrario, así como los modelos concretos de variantes y partidas escogidas para enfrentarlas.
  10. Actualización.
  11. 5Profundización


Cuando la partida avance, se debe aplicar el método de valoración general y cálculo concreto, y cuando toque jugar al contrario, hacer valoraciones generales sobre:

1.    ¿Qué piezas tiene opciones de cambio?
2.    ¿Qué cambios de ubicación (de tipo lógico) podrían producirse en todas las piezas?
3.    ¿Qué amenazas reales existen en ambos lados?
4.    ¿Qué plantea mi rival?
El desarrollo debe ser armónico, jugando en ambos flancos, y hay que recordar siempre que la mala colocación de una pieza puede dañar la armonía de las demás que, como sabemos, es muy importante, y afectaría la cooperación entre ellas.

Otro aspecto que considero fundamental, es que cuando se llega a un nivel competitivo, se debe crear un repertorio de aperturas con la que se sientan más seguros, pero sin menospreciar a las demás. Dicho de otra manera, uno debe estudiar la apertura de manera normal; y si es de su agrado, tendrá que reestudiarse dos o tres veces más por lo menos, ya que es común que una vez aprendida la apertura, a través del paso del tiempo se vaya olvidando parte de lo aprendido. Si se vuelve a estudiar de nuevo, es probable que la persona olvide menos que la vez anterior; y si la vuelve a reaprender, el olvido será mínimo.

La preparación teórica general de las aperturas, influirá de manera positiva en la correcta distribución del tiempo durante la partida. En esto hacemos las siguientes recomendaciones:

1.    Disponer de un repertorio de aperturas más o menos completo, de forma que haya previsión de las principales líneas de juego que podrían plantearnos nuestros oponentes.
2.    Mantener nuestro repertorio de aperturas suficientemente actualizado y hacer profundizaciones en algunas variantes concretas y sistematizar el conocimiento claro de las secuencias de variantes a propósito.
3.    Preparar una variante concreta de acuerdo con el conocimiento del oponente. También existe el método de escoger una posición terminal, considerada ineludible (porque si no, el bando contrario quedaría inferior), que resulte incierta, efectuando en ella un trabajo de profundización estratégico y táctico.

Indudablemente el estudio concienzudo de las aperturas es un problema para el ajedrecista, pues se necesita de una gran dosis de voluntad y dedicación, independientemente de la bibliografía que es esencial. No obstante, aunque existen infinidad de tratados y  monografías para cada sistema de aperturas, esto solo no es suficiente, porque intentar conocer de memoria las miles de variantes que existen en el campo de las posibilidades es improductivo y morboso, embota el pensamiento y anula la creatividad. Por esta razón, pretendemos dar al ajedrecista varios consejos metódicos con el fin de ayudarle a abordar debidamente el estudio de las aperturas.

Desde que se dan los primeros pasos en el ajedrez, es necesario ejercitar la memoria; esto no quiere decir que haya que “recitar” todas las variantes, se podría llegar al absurdo.

Como la victoria en el ajedrez depende de regularidades lógicas, es necesario desarrollar la cualidad del carácter y el hábito de meditar. Se debe disciplinar el carácter y la mente, y acostumbrarse a concentrar fija y prolongadamente la atención, pues la apatía no tiene cabida en la contienda; en ella se ha de mostrar espíritu de empresa e inventiva. El estudio de la teoría de la apertura exige una memoria bien desarrollada, por el gran número de sus variantes.

Para aumentar los conocimientos de la apertura es imprescindible perfeccionar el nivel de juego; su estudio está relacionado con la asimilación de los elementos tácticos y estratégicos del medio juego, fase estrechamente ligada con la movilización de las fuerzas combativas.

El modo de trabajar en la teoría de las aperturas depende mayormente del carácter del ajedrecista. Es probable que no pueda establecer una norma general, pero es necesario anotar todas las partidas jugadas y luego analizarlas en casa con el fin de mejorar las líneas empleadas; esto es consejo válido para todos. Esto permitirá que el ajedrecista se vaya familiarizando con el espíritu de la posición, penetrando en sus interioridades, detalles y sutilezas, en sentido romántico, “sintiendo la posición cuando llegue ese “sentir” en el momento de ir puliendo el conocimiento abonando el terreno para iniciar la fase de la creación.

Otro consejo importante es la creación de variantes propias. Esto despierta el gusto por la teoría de las aperturas y hace ver que más allá de lo que uno aparentemente conoce, existen enormes reservas por analizar. La teoría de las aperturas es el fruto del trabajo de muchas generaciones de destacados ajedrecistas.

Un procedimiento para profundizar y especializarse en determinada apertura puede ser en primer lugar el estudio de un artículo sobre determinada variante donde predominarán los comentarios sobre la idea estratégica y características de la misma. En segundo lugar, el estudio de las partidas más significativas sobre el mismo tema. Tercero, el estudio de otras partidas que, aunque no tengan la trascendencia deportiva que han tenido las referidas anteriormente, pueden repercutir en el desarrollo de la teoría. Paralelamente a esto se pueden ir jugando algunas partidas donde se emplee determinado sistema de aperturas, no necesariamente en torneos y ni siquiera con control de tiempo.

Como complemento a esto, en la actualidad existen numerosos medios para el perfeccionamiento de la teoría de aperturas, entre otros, revistas especializadas, enciclopedia de aperturas,  informadores, programas computarizados, etcétera, que indudablemente son de gran utilidad, pero que siempre debemos dar un margen para estar alerta y no elegir ciegamente lo que se recomienda en un revista especializada; por citar un ejemplo. Hay que recordar que los comentarios en esta partida responden en un mayor porcentaje al análisis concreto de la posición, pero también a la hora de dar una valoración sobre determinada posición responde a la personalidad y el estilo de cada jugador. Seguramente en algunas posiciones examinadas por Grandes Maestros por separado, digamos Mijail Tal y Vassily Smyslov, estilos diametralmente opuestos, las evaluaciones de la misma diferirán.

También la práctica de partidas rápidas puede ser de gran utilidad pues permite en poco tiempo familiarizarse con las posiciones estudiadas. Naturalmente, eso va a depender del momento del proceso de entrenamiento en que se encuentre; consideramos que esto se debe realizar en el periodo preparatorio, ya en el periodo competitivo, las partidas que no son de torneos si deben ser cronometradas, y si es posible con el mismo tiempo de la competencia.


El medio juego

El medio juego es la etapa de grandes definiciones donde la estrategia y la táctica hacen que las piezas sean consideradas no sólo por su valor absoluto, sino también por su valor relativo; es decir, por la utilidad y cooperación que presten en un momento dado.

En el dominio del medio juego se debe estudiar por igual Táctica y Estrategia, respetando sus leyes como son:

  1. Dominio y control de columnas y diagonales abiertas y semiabiertas.
  2. Deformar la cadena de peones del oponente, cuidando la propia.
  3. Simplificar la posición mediante cambios de piezas cuando haya ventaja material, y complicar el juego y no cambiar piezas cuando se esté en desventaja.
  4. Si hay una continuación de sacrificio  con un resultado difícil de prever, se tiene que confiar en la intuición y arriesgarse hasta cierto punto, teniendo la convicción de que al menos la partida será de tablas.
  5. Pensar en lo absurdo. Los grandes jugadores siempre tienen en mente sacrificar una pieza o más, pero siempre en espera de un resultado.


Para estudiar el medio juego, es mejor hacerlo en base a combinaciones. Hay libros muy buenos sobre combinaciones, pero es aquí donde hago una propuesta: Es la de crear una o varias antologías, tomando en consideración todos los libros disponibles e irlos dividiendo en temas específicos, y a su vez, subdividirlos por grado de dificultad. Esta sugerencia es en base a que cualquier libro de combinaciones inserta por lo general, los problemas con temas revueltos, y esto hace que se fijen con mucha más dificultad los temas en la memoria. En cambio, si se estudian en forma separada, el aprendizaje será mucho más rápido debido a la coherencia lógica que va adquiriendo en cada problema específico y va adquiriendo la facultad de entenderlos cada vez mejor. No quiero decir con esto que se tenga que estudiar mucho un tema, sino que un día se puede estudiar la clavada; otro día quizá, se podría estudiar desviación de pieza; al otro día cambiar de tema, por ejemplo, jaque a la descubierta; después se volverían a tomar los temas para no hacer tan fastidioso el estudio.

La característica más importante es la estructura de peones; por ejemplo, posiciones de peón aislado, centro cerrado, peones doblados, retrasados, etc. Puede considerarse también el material (lucha de piezas mayores, caballo bueno contra alfil malo) como así mismo la disposición de las piezas, ante todo de los reyes (el rey en el centro, enroque en lados opuestos, etcétera); de esto se desprende que existan reglas generales para cada posición, pero aún no es suficiente; tomemos por ejemplo, si vamos a referirnos al peón de dama aislado. Sabemos que no solamente representa una fuerza sino también una debilidad; que teniendo un peón de dama aislado es necesario atacar, mientras que quien lucha contra el peón aislado debe tratar de simplificar y tratar de explotar la debilidad de la casilla delante de dicho peón, etc. Para esto existen infinidad de publicaciones que se encargan de este tema, por citar algunos clásicos: “Mi Sistema” y “La Práctica de mi Sistema” de Nimzowitch; “Criterio y Táctica” de Max Euwe; “El Medio Juego en Ajedrez” de Ruben Fine, “Tratado General de Ajedrez, tomo cuarto” de Roberto Grau; “Táctica moderna en ajedrez, tomos I y II” de Ludek Pachman, por mencionar sólo algunos. El estudio de estos libros, indudablemente son de gran utilidad pero no es todo para obtener el éxito, es necesario dominar métodos de evaluación más sutiles. Notaremos que si estudiamos el peón de dama aislado tiene mucha importancia considerar si éste es el resultado de la Defensa Tarrasch en el Gambito de Dama o del Sistema Tarrasch en la Defensa Francesa, o posiciones que se derivan de la Defensa Nimzoindia donde las resultantes no son iguales, por cuanto existe una serie de diferencias en la posición de los otros peones y en la disposición de las piezas, razón por la cual los procedimientos empleados en estos sistemas difieren un tanto entre sí.

En el medio juego, lo más difícil de entender es la estrategia. Aquí no sólo entra la imaginación, sino también el sentido posicional. Hay variantes donde la combinación es muy complicada y la posición no es clara. Aquí es donde se pone en relieve nuestra intuición. La intuición podemos definirla como “la perspicacia para prever el desarrollo del juego, estimando con la mayor exactitud posible las posiciones complejas”. Esto se logra mediante un estudio constante mezclado con una gran actitud para saber enfrentar los retos. Esta parte, por ser muy compleja, se deberá ver de acuerdo como lo permitan las posibilidades, en presencia de un maestro.

Para entender el sentido posicional, es importante trabajar las posiciones típicas del medio juego. Éstas se hallan estrechamente vinculadas con una u otra variante de la apertura; por consiguiente, trabajar en ellas significa al mismo tiempo trabajar en la apertura. El mejor método para estudiar posiciones típicas del medio juego es la selección de partidas con el subsiguiente análisis de los planes de juegos utilizados en ellas, de los procedimientos tácticos y de las ideas. Deben seleccionarse partidas desarrolladas de manera ejemplar por ambas partes, o por lo menos por uno de ellos. También se recomienda seleccionar precisamente partidas y no fragmentos, ya que generalmente suele ser útil formarse un cuadro completo de la lucha, comenzando por las sutilezas de la apertura y terminando por el final, en el cual también puede haber particularidades típicas, características del problema en estudio.

Por lo general los ejemplos se eligen de la creatividad de aquellos ajedrecistas en cuyas partidas se presentan de manera constante posiciones del tipo bajo estudio; esto significa, por ejemplo, que si vamos a estudiar el Sistema Taimanov en la Defensa Siciliana, debemos prestar atención en primer término a las partidas de Kasparov, del propio Taimanov, etc. Aunque claro, también pueden ser valiosas otras partidas.



El final

Estudiar el final no es nada fácil si observamos la infinidad de libros que hay en existencia. Pero vamos a dar unas reglas elementales: si vas a estudiar finales, te recomiendo los libros de Czerniak o Abervach, tomando en cuenta que son fáciles de digerir. Sólo tu maestro realizaría algunos ejercicios para ver tu nivel de aprovechamiento.

Los finales de ajedrez nos permiten aprender algunas reglas de carácter básico como son:

  1. El reducido número de piezas en el final hace que las existentes dispongan de un amplio espacio para maniobrar, lo cual determina que en la conducción de un final hay que evitar que, en algún momento, se estreche la atención y deje de contemplarse la totalidad del tablero.
  2. Los motivos (rasgos particulares de la posición) aislados en los finales, son habitualmente poco numerosos, pero el número de motivos de integración (criterios generales de evaluación) suelen ser elevados. En eso radica una de las dificultades para lograr el dominio técnico de los finales.


El estudio de los finales, en la práctica, es uno de los aspectos más engorrosos si tenemos en cuenta el tiempo que hay que dedicar para mantenerse actualizado en la evolución de las distintas variantes de la apertura, y que además, necesita mayor esfuerzo para su comprensión puesto que independientemente de principios generales para todos los finales que hay que dominar a la perfección, cada tipo de finales presenta características particulares, y a su vez éstos generan principios generales. Por eso es recomendable trabajar con finales muy parejos donde se pueden apreciar las tablas posicionales, ya que en la práctica no es así, porque siempre gana uno de los dos bandos. Aquí es donde se demuestra que la mayoría de los jugadores no piensa en el oponente. Por eso es fundamental no descuidar los finales, tomando en cuenta los siguientes principios:

  1. Aprender a contar los tiempos.
  2. Intentar dejar al contrario en zugwzwang.
  3. Hacer valer la fuerza que adquiere el Rey al ataque cuando hay poco material en el tablero.
  4. Estudiar las partidas, especialmente las que se perdieron.


A esto se le agrega una evaluación un poco diferente de la que muchos conocen y es la agregación de décimas. Esto es:

Caballo=3.1
Alfil=3.3
Torre=5
Dama=9.7
Rey=Valor absoluto.
Peón=1

El valor del peón es variable, porque si se encuentra en línea con otro peón, ése es su valor; si se encuentra aislado, vale .9; si se encuentra aislado y en la orilla, vale .85; si dos peones se encuentran doblados, valen 1.5; y así sucesivamente. También el valor de las piezas también es relativo, ya que su fuerza radica en la movilidad que tengan en el tablero. Con esta valoración numérica de las piezas se establece que sólo con unas décimas de ventaja se puede llegar a ganar un juego. Esto es lo que emplea las computadoras, y no sólo usa las décimas sino hasta las centésimas.
En el final, la simplificación de piezas es considerable y, por supuesto, las ventajas de material cobran un peso considerable; los peones activan al máximo sus posibilidades de coronarse en Damas y ello aumenta su importancia y consideración; los Reyes se convierten en poderosas piezas, cuya movilidad por el tablero puede ser decisiva; los errores suelen ser definitivos, ya sea producto de una estrategia incorrecta o de una acción táctica que no ha tenido el orden adecuado de jugadas.
Capablanca en su libro “Últimas lecciones” refiriéndose entre otros, a principios generales, dice: “El rey, pieza puramente defensiva en la apertura y el medio juego, se convierte a menudo, en los finales, en pieza ofensiva, y muchas veces, decide el resultado de la partida”. Como características particulares y a su vez generales para los finales de torres podemos decir que la torre apoya mejor un peón pasado detrás de él. Pero esto es general, el dominio de la técnica de los finales necesita gran conocimiento de los principios generales del final; de los principios generales de cada tipo de final y de las particularidades específicas de cada tipo de final; esto sólo se logra con el estudio teórico y sistemático de los tratados escritos a estos efectos.

Aquí la memoria juega un papel importante y su estudio a veces se torna árido por lo que necesita una gran dosis de voluntad. Nos parece que el método apropiado para su estudio no es complicado, pero si laborioso: estudio de libros especializados, estudio de partidas de los jugadores clásicos que se destacaron como finalistas (Capablanca, Lasker, Rubinstein, etc.) estudio de jugadores contemporáneos considerados excelentes finalistas (Smyslov, Botvinnik, Karpov, etc.). Es de considerar lo referido por Averbach al respecto cuando cita el método comparativo: esto es apoyarse en las propias partidas y compararlas con sus análogos en libros especializados. También con ejercicios de finales de partidas que aparecen en revistas, informadores, libros, etc.





OCUPACIÓN PRÁCTICA

He aquí uno de los más importantes aspectos en la preparación del ajedrecista (actualmente de manera universal se le considera imprescindible) que, sin embargo, la mayoría de los ajedrecistas apenas toman en cuenta para su preparación para un torneo. Como es muy difícil explicarlos todos, sólo daré los ejercicios principales.


Ejercicios de estructuración

Éstos constituyen un conjunto de datos ordenados que cobran una forma con significado lógico que puede ser:

  • Secuencial: Acciones que se suceden en un orden determinado, donde recordar es fácil porque cada acción induce la siguiente. El entrenamiento consiste en reproducir partidas escritas y memorizar secuencias de jugadas cada vez más largas.
  • Razonable: De los hechos particulares se pueden hacer generalizaciones; de esta manera se va creando una estructura que puede ser recordada aplicando razonamientos lógicos aprendidos. Esto constituye el fundamento memorístico que existe en el proceso inductivo-deductivo el cual se aplica en toda actividad de aprender y aplicar conocimientos.


Por lo tanto, podemos decir que es más fácil entrenar la memorización de estructuras lógicas combinando tanto ejercicios secuenciales como razonables.

Otra forma que resultaría útil, colocando una posición determinada y contemplarla durante un minuto. Transcurridos éstos, se debe quitar la posición y tratar de restablecer esa posición y, de ser posible, dar con la continuación correcta.

Otro elemento que no puede faltar es aprender a jugar con las dos manos de la misma manera. Esto ayuda a la unificación de los dos hemisferios cerebrales. Lo que tenemos menos desarrollado la mayoría de nosotros es el hemisferio derecho, ya que casi nunca utilizamos la parte izquierda de nuestro cuerpo; y así, con el ajedrez podemos entrenar esa parte que tiene poco uso.  






El uso de la intuición

La claridad de apreciación en las posiciones resulta imprescindible, y para ello, hay que partir de una representación bien nítida de las posiciones sucesivas durante el cálculo concreto, haciendo buen uso de una imaginación bien entrenada. Por eso, la práctica del ajedrez reclama la espontaneidad del pensamiento, y por ello, el análisis lógico debe poseer cierta dosis de procesos intuitivos. Tanto uno como otro pueden adquirirse, si bien hay diferencias individuales en las capacidades para lograrlo.

En el pensamiento ajedrecístico ha de haber una mezcla de procesos lógicos e intuitivos en la toma de decisiones. La forma en que cada persona combina ambos está en función de su individualidad.

Hay que facilitar la ejercitación de la sugestión intuitiva de forma que se haga espontánea y se perfeccione. Para lograrlo, es necesario que las actividades que se realicen tengan una adecuada relación de enseñanza y entrenamiento.


 Entrenamiento con posiciones temáticas

En una posición dada, el ajedrecista ejecuta procesos mentales para informarse de sus características presentes; y así, partiendo de esas realidades, se traza aspiraciones de transformar dicha posición en otra futura que considere alcanzable y positiva; es decir, alcanzar una “posición temática” Cuando un jugador puede alcanzar este tipo de posiciones, puede encontrar con facilidad la secuencia de jugadas adecuadas que le permitan transformar la posición presente en la posición ideal.

Esto es un entrenamiento específico, dirigido a organizar al secuencia de jugadas para transformar una posición presente en otra, considerada temática. Para ello, dimos como datos los elementos de la posición presente y planteamos que las posiciones de aspiración o temáticas. Ahora daremos unas claves para que se orienten en la búsqueda de las secuencias correctas en los medios de transformación,  haciendo que éstas sean más fáciles.

Hay formas básicas en la búsqueda de posiciones temáticas:

  • Las secuencias de  jugadas transformadoras de la posición inducen las posiciones temáticas.
  • Los temas son encontrados por aplicaciones de modelos aprendidos que son adaptados a la posición, o por acción intuitiva (acción de combinar elementos de modelos diferentes para encontrar la solución a un caso muy particular).
  • La capacidad del cálculo concreto comprende:
  •  La posibilidad de ordenar un número elevado de secuencias de jugadas, y ello se corresponde también con un número de posiciones terminales o temáticas.
  • La posibilidad de sintetizar el número de secuencias de jugadas, de forma que contemplen lo principal para llegar a decisiones acertadas al conducir una posición.
  • La posibilidad de valorar adecuadamente las posiciones temáticas, la cual determina el buen criterio de ajedrecista.


Jugar blitz

Cuando haya una estrechez de la atención, es probable que conduzca a una valoración poco objetiva, y lo más seguro es que se cometan muchos errores. Las partidas rápidas (blitz) puede ser un medio eficaz para combatir tal defecto, porque la rapidez con que cambia la posición impide profundizar en el análisis, pues los problemas se plantean continuamente en todo el tablero y exige que la atención varíe constantemente.También es posible jugar simultáneas de 5 hasta 10 tableros. Esto contribuye a aumentar la capacidad de atención. Esto ayuda sobre todo a soportar la enorme tensión que se vive en un torneo porque esto hace que no decaiga en un cansancio mental. Si uno se acostumbra a pensar rápido, tendrá tiempo después para analizar con más calma, sin tanta presión. Además, al ajedrez activo se le puede atribuir el mérito de crear en el jugador un buen sentido posicional, ya que no se puede detener  a analizar con profundidad las jugadas, y tiene que confiar más en su intuición. Pero esto no es una panacea, ya que se tiene que ajustar el tiempo al conocimiento del jugador. En otras palabras, no se puede poner a jugar activamente a alguien que no tenga los conocimientos fundamentales de aperturas como mínimo.


Jugar a la ciega

El juego a ciegas es quizá el mejor procedimiento de preparación para perfeccionar las propiedades dinámicas del pensamiento y la atención; el carácter de tal juego exige una constante y exacta comparación de las imágenes anteriores con la posición presente y una sistemática verificación a imposición de esfuerzos volitivos para determinar la atención abstracta. Sobre todo, es importante no perder de vista la postura exacta de las piezas. Puede decirse que la pereza de pensamiento es incompatible con el juego a ciegas. Además, tal ejercicio facilita el desarrollo de la visión combinatoria. En la práctica podemos tomar como ejemplo cuando Igor Bondarevsky aconsejó a Spassky, su discípulo, que realizase a ciegas una sesión de juego simultáneo en ocho tableros contra los ajedrecistas más fuertes de Sochi, la víspera de su match con Tal en Tbilisi, 1965. En ese encuentro Spassky mostró una extraordinaria inventiva y dinamismo de pensamiento, además no se apreció en él ninguna ilusión óptica en el manejo de las piezas. 


Perfeccionamiento del juego

Otro procedimiento, no sólo para calcular variantes sino para perfeccionar la elaboración de un plan y la evaluación de la posición es auxiliándonos con algún material teórico comentado y detenernos en una posición determinada, examinarla en un tiempo limitado y escribir un plan, así como la evaluación de la posición, luego comparar con el resto de la partida; esto es de gran utilidad para perfeccionar todos los componentes del medio juego como son: análisis, cálculo, plan y evaluación.

Es de gran importancia también comentar las propias partidas anotando las variantes analizadas como si fuera a publicar. También las de otros jugadores. Esto familiariza al ajedrecista con diferentes posiciones que en un futuro pueden repetirse y que producto del trabajo realizado posterior a la partida, podamos, recordando análisis, comentarios, detalles, etcétera, resolver satisfactoriamente problemas que se nos habían presentado anteriormente, el conocimiento sobre esas posiciones se ha ido consolidando; además, agudiza la capacidad de análisis y estimula la imaginación.



EL PROCESO DE ENTRENAMIENTO

Éste es el último aspecto en la preparación del ajedrecista, pues es precisamente en la práctica donde se forman los verdaderos ajedrecistas. Se puede conocer mucho sobre una posición determinada, sobre una apertura conocer infinidad de variantes, quién la jugó, dónde la jugó, cuándo la jugó tal maestro y, sin embargo, en la partida no conjugar esos conocimientos con otros atributos que debe tener el ajedrecista como son: imaginación, capacidad de análisis, atención, concentración, orden de pensamiento, valor, tenacidad, etc.

Es necesario paralelamente al estudio mantenerse jugando, en mayor o menor medida, sobre todo partidas de competición. Indudablemente en el periodo competitivo se jugará más y con más intensidad. Este tipo de partidas nos permiten evaluar nuestro nivel ajedrecístico. También podremos percatarnos de cómo estamos en la conducción de situaciones en la defensa de posiciones inferiores, provocando precisamente dichas posiciones, así como otros aspectos que sólo se pueden observar en las partidas de torneo.

Pero, ¿cómo es esta evaluación? Precisamente jugando partidas de entrenamiento no con el mismo tiempo oficial de las partidas de torneo, sino algo más cortas, por ejemplo, hora y media para cada jugador, donde ya de antemano nos habremos propuesto jugar un número determinado de partidas antes de la competencia importante, pudiendo oscilar esta cantidad entre 60 y 100 partidas para un año, o de 30 a 50 en seis meses.

Si estas partidas en su mayoría fueran jugadas en torneos oficiales sería mucho mejor, ya que el grado de responsabilidad con la misma aumenta. Lo ideal sería que el ajedrecista conozca de antemano sus posibilidades de jugar en tales torneos, así podría enmarcarlas previamente en su planificación.



EL ELEMENTO PSICOLÓGICO

El factor psicológico tiene una gran importancia en lo que a ajedrez se refiere. El enfrentamiento de individuales en el ajedrez, claro está, es un fenómeno complejo que no puede explicarse limitándose al propio juego. Existen numerosos factores individuales que determinan, a menudo, el desarrollo y el resultado de la lucha: temperamento, tendencias, hábitos, aspiraciones, autoapreciación, así como las peculiaridades psíquicas condicionadas por la salud, la sugestión, el estado de ánimo, etc. Su estudio es una tarea actual para los psicólogos.

Por eso, a los efectos de la preparación ajedrecística para una competencia es necesario tener en cuenta el elemento psicológico desde dos posiciones:

a)    La incidencia que pueden tener el desenvolvimiento del ajedrecista los factores ajenos propiamente al ajedrez (problemas familiares, económicos, enfermedad, estados de ansiedad peculiares en el individuo, etcétera).
b)    Los factores inherentes al propio ajedrez (actitud frente a la competencia, inseguridad, falta de confianza en sí mismo, problemas de la atención, etcétera).

Antes de comenzar el proceso de entrenamiento, cada ajedrecista o entrenador debe como requisito fundamental, realizar un análisis sobre sí mismo, tratando de ser lo más sincero posible sobre los problemas objetivos y subjetivos que repercutan perturbadoramente sobre él, tales como enfermedad, problemas personales, cansancio mental, ansiedad, insomnio, problemas con la atención, concentración, predisposición contra determinados jugadores, miedo a la derrota, subestimación de sus propias potencialidades, etc.

Después de realizado este análisis, trazarnos claramente los objetivos que nos proponemos, así como las tareas que contribuyan a eliminar estas interferencias. En unos casos será necesaria la intervención de especialistas; en otros, el propio sujeto se encargará de resolverlos; de ahí se desprende la importancia de la claridad de los objetivos.

Muchos de los problemas señalados están implícitos en la propia preparación donde se conjuguen los demás elementos: el ajedrecístico y el físico.

Después de habernos referido a situaciones más o menos generales que gravitan sobre la psiquis del individuo, expondremos algunas situaciones específicas del ajedrecista en la partida.

La atención es una de las situaciones mentales que juegan un papel vital en el proceso del pensamiento ajedrecístico. El Gran Maestro y Doctor en Ciencias Psicológicas N. Krogius llega a la conclusión de que las emociones del ajedrecista ejercen gran influencia en el grado de atención. Se sabe que el enojo, la desilusión y el temor impiden reconcentrarse y profundizar en el análisis. Por el contrario, la confianza y el sosiego permiten mantener la vigilancia durante la contienda.

El ex campeón del mundo y campeón de la preparación, M. Botvinnik, en su libro sobre el XI Campeonato de la Unión Soviética escribe: “El sosiego no es ni mucho menos una cosa decorativa, la cabeza me funciona mejor cuando estoy tranquilo. Por eso he procurado desarrollar tal estado anímico, especialmente para participar en torneos”. De aquí se infiere que es necesario llevar una vida tranquila, metódica, organizada, sin excesos, lograrlo representaría un paso importante en la preparación psicológica.

Otro aspecto muy importante a considerar es la inestabilidad de laatención; se produce cuando el pensamiento pasa apresuradamente de un punto a otro de la posición, y hace que se carezca de la continuidad necesaria para poder tomar una decisión útil; por consiguiente, se altera la sucesión en el juego, los planes e ideas se mezclan y se realizan desacertadamente. La inestabilidad de la atención está relacionada con ciertas particularidades del pensamiento. Aquí, el ajedrecista cree mayormente en la valoración general intuitiva o en la visión momentánea de variante, lo cual es contrario al análisis lógico y circunstanciado. Posiblemente, la causa primaria de estas insuficiencias estriba en la naturaleza del carácter individual. ¿Qué hacer para superarlas? Cultivar la decisión y firmeza en orden a la elección de un movimiento.

Para incrementar la estabilidad de la atención podrán realizarse distintos ejercicios que se incluirán a los efectos de la planificación en la Ocupación Práctica, éstos podrían ser:

1. Examinar trabajos ajedrecísticos y solucionar composiciones sin la presencia del tablero.
2.    Jugar partidas de preparación a la ciega.

Esto último eleva el grado de reconcentramiento en la postura de las piezas y en cada idea va surgiendo en el transcurso de la partida. La representación mental es menos viva que la percepción visual y sin embargo eleva la facultad de verificar toda conclusión tomada y exige re-flexionar con exactitud y ordenación. Además, Krogius aconseja que durante la partida se formulen las siguientes preguntas: “¿me habré precipitado en valorar la posición, el plan o la idea?”, “¿habré terminado demasiado pronto el análisis de la variante?” y así sucesivamente.

La estrechez de la atención es otro aspecto a tener en cuenta; existen muchos jugadores que inexplicablemente cometen errores serios, esto muchas veces sucede porque este tipo de ajedrecista se sumerge en una idea determinada que no puede apartarse de ella. La insuficiencia de dominio de sí mismo estabiliza la estrechez de la atención: limita la amplitud del pensamiento, conduce a una valoración no objetiva de la posición y de ahí a cometer errores.

Al estabilizarse la estrechez de la atención no se advierten a menudo los llamados movimientos intermedios, ni otras inesperadas réplicas del adversario en otros lados del tablero. Estos ajedrecistas se han quedado rezagados en la comprensión de la dinámica de la lucha en el tablero comparado con su elevada capacidad de analizar profunda y detalladamente una idea o una variante.

Las partidas rápidas pueden ser un medio eficaz para combatir tal defecto, porque la rapidez con que cambian las situaciones en esta forma de juego impide extremar la profundidad en el análisis de un plan determinado, pues los problemas se plantean continuamente en todo el tablero y exige que la atención varíe constantemente.

Es posible jugar simultaneas cronometradas con ocho a diez tableros disponiendo de una hora para cuarenta jugadas. Esto contribuye a aumentar la capacidad de la atención.

También puede resultar el tomar una posición y contemplarla durante 30 segundos; transcurridos éstos, quitar la posición y tratar mentalmente de establecer la posición y dar por separado la característica general de la lucha en uno y otro flanco.

Conviene ejercitarse en el hallazgo de soluciones paradójicas, esforzarse por descubrir toda excepción a la regla. En las partidas de preparación es útil aplicar las variantes de aperturas más difíciles, con el fin de ver el objetivo principal; no es el resultado, sino la búsqueda de los recursos ocultos de la defensa.

Existen otros métodos y procedimientos para mejorar el aspecto psicológico, pero eso le correspondería a un trabajo especializado sobre psicología del ajedrez.



EL ELEMENTO FÍSICO

He aquí uno de los aspectos más controvertidos en el ajedrez. Existen dos corrientes: los que preconizan la necesidad de la preparación física y los que consideran innecesaria. Muchos de los que preconizan la primera posición estiman que es necesaria una concienzuda, planificada y sistemática preparación física, apoyándose en que el factor resistencia es muy importante para la participación en competencia. Otros, los que preconizan la segunda posición niegan absolutamente la necesidad del elemento físico. Afortunadamente esta última posición cada día tiene menos adeptos.

Incuestionablemente la primera posición es preferible, pero considero que no hay por qué llegar a extremos. Es verdad que el ajedrecista necesita ser resistente a los efectos de la participación en competencia, pero esta resistencia es una resistencia especial que no se adquiere fundamentalmente jugando. Se da el caso de jugadores de débil complexión física incapaces de someterse a prolongados esfuerzos físicos y sin embargo, son capaces y lo hacen con frecuencia, de jugar partidas de más de 10 horas que requieren un intenso trabajo intelectual y que su peculiaridad es jugar a ese ritmo en casi todas las competencias en que participa. Naturalmente, hay que pensar que si este jugador estuviera más capacitado físicamente, su rendimiento sería superior.

Lo cierto es que el ajedrecista debe buscar su mejoramiento físico, no solamente como tal, sino respondiendo a las exigencias de la época, donde las tensiones y el estrés son característicos de la vida cotidiana, pero tampoco debe someterse a regímenes de preparación física que puedan engendrar tensiones adicionales. El elemento físico en el ajedrecista debe tratarse como un medio de cultura física, donde el objetivo primordial sea mejorar la salud del ajedrecista. Los gimnasios de cultura física pueden contribuir mucho a esto; también la práctica sistemática de deportes donde además del mejoramiento físico que lleva implícito dichas prácticas haya goce y placer. Este es el caso por ejemplo, del que tiene hábitos de jugar baloncesto todas las tardes, ese mejora físicamente a diario y además disfruta. Otros disfrutan mucho con la práctica del trote, en pista y a campo traviesa. Esto último es ideal, siempre que se pueda en compañía de alguien, lo que alivia ostensiblemente la soledad que rodea al que corre distancias largas; con esto se evita cierta tensión emocional que se desprende cuando se corre solo.

La caminata también puede ser un método idóneo para el mejoramiento físico, sistema preferido de Botvinnik durante la competencia; tiene la ventaja de que en el transcurso de un torneo puede practicarse fácilmente; además, el contacto con la naturaleza ayuda al bienestar espiritual del individuo, lo que repercutirá favorablemente en el estado de ánimo para la partida.


CONSIDERACIONES FINALES

 Esto son los conceptos fundamentales para trabajar en forma metódica, si es que quieres llegar a ser un buen ajedrecista: sin embargo, esto no es una panacea. Pueden existir otras metodologías que quizá sean diferentes a ésta, pero lo importante es que tengas algún elemento con el que puedas empezar a mejorar tu nivel ajedrecístico. Espero críticas constructivas y compartan otras metodologías

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